La siesta tiene grandes beneficios en los niños, especialmente en los primeros cuatro años de vida. Tener una rutina de descanso es fundamental para recuperar el desgaste físico y mental. ???
Además, les ayuda a aumentar el interés por aprender, a mantener la atención, a estabilizar sus emociones y a canalizar toda la energía que tienen nuestros pequeños. Sin olvidar que, durante los ciclos de sueño, se libera la hormona del crecimiento, fundamental para un desarrollo adecuado.
Esta rutina de descanso se va reduciendo según van creciendo, primero se elimina la siesta de media mañana y progresivamente la de la tarde, después de comer.
Es importante que, en la medida de lo posible, se establezcan unos horarios fijos para ello; que cada día vayan a descansar a la misma hora. En Bambini, los bebés, duermen un ratito por la mañana y luego hacen la siesta de después de comer entre las 13 y las 15 horas.
A partir del año ya duermen sólo por la tarde.
Muchos papás nos preguntan cómo conseguimos dormir a tantos niños juntos con lo que les cuesta a ellos dormir a uno solo en casa. No sabemos cuál será el secreto mágico, pero lo que si es cierto es que, como decíamos antes, las rutinas son muy importantes para ellos, la imitación a los demás niños y crear el ambiente adecuado (oscuridad, música clásica y una temperatura agradable…) les pone en predisposición de descansar.